Suertes Charras: La Cala de caballo
- Eduardo Méndez
- 30 dic 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 16 ene 2023
La Charrería se origina en las Haciendas de los llanos de Apan en Hidalgo y se profesionalizó, por el año de 1880, gracias a las hazañas del Torero Charro Ponciano Díaz originario de Atenco, la ganadería de toros bravos más antigua del continente, ubicada en el Estado de México. Fue declarada “Deporte Nacional” por Don Manuel Ávila Camacho quien instituyó el 14 de septiembre como “Día del Charro”.

Es claro que la charrería nació en el campo con el fin de manejar el ganado y se reglamentó en la ciudad, surgiendo la Asociación de Charros “La Nacional” el 24 de junio de 1921. El 16 de diciembre de 1933 se fundó la Federación Nacional de Charros, con el fin de agrupar a las asociaciones del país, organizar competencias y elaborar un reglamento.
Es uno de los deportes más completos que existen, ya que se practica al aire libre, trabajan todos los músculos del cuerpo, a demás de que se interactúa con caballos y toros. Cabe mencionar que los Charros somos considerados como reserva de caballería del Ejército Mexicano.
En la Charrería todo está reglamentado desde la vestimenta, en la que existen cinco atuendos: faena, media gala, gala, gran gala y etiqueta; en el caso de las escaramuzas todo debe ser igual entre las mujeres que la conforman, el vestido, botas, hasta los aretes y los arreos de las cabalgaduras.
Suertes Charras:
Cala de caballo
Piales
Coleadero
Jineteo de toro
Terna (lazo de cabeza, pial del ruedo)
Jineteo de yegua
Mangas a pie
Manganas a caballo
Paso de la muertec
Cala de caballo
En esta suerte se demuestra la buena rienda y la mansedumbre del caballo.
Tratando de sumar la mayor cantidad de puntos adicionales, se dice que es la suerte del Patrón pues en la antigüedad, le arrendaban los mejores caballos a los dueños de las haciendas. El origen de los movimientos de la cala de caballo es en el campo para separar ganado o defenderse de algún toro, también se dice que en la guerra para no dar la espalda al enemigo, ya que cejar o recular (la cabalgadura camina hacia atrás) es un movimiento antinatural, para vender un caballo demostrando lo bien arrendado que está.
La cala de caballo es la suerte con más puntos malos o sanciones, ha sufrido cambios y adecuaciones quedando de la siguiente manera:
Saludo al presentarse
Galope rumbo al partidero
Puesta en mano de frente al ruedo
Carrera
Punta
Lados
Medios lados
Ceja
Paso natural
Saludo al finalizar
La calificación
Se otorgan 20 puntos por la cala de caballo completa y la calificación puede aumentar o disminuir según obtenga puntos adicionales o infracciones.
La punta se mide dependiendo de las marcas que dejan los cuartos traseros al rayar en el rectángulo, puede ser en 1, 2, 3 y hasta 4 tiempos, es decir la continuidad de las marcas. Un tiempo es la marca de 20 metros de longitud sin que el caballo despegue en ningún momento las patas del piso. Por cada metro de huellas marcadas durante la punta en 4 tiempos como máximo, sumará adicionales, se medirá la huella más larga.
Por dar 6 lados o más imprimiendo velocidad desde el inicio sin salir del centro, por cada lado.
Por asentar la pata de apoyo del lado que esté girando.
Por dar los medios lados sobrepasando y de frente en paralelo a la línea del rectángulo, en un tiempo completando 180°.
Infracciones
Punto menos por tener andadura de mondingo o trote, porque el caballo abra el hocico (excepto en punta), por rabear o espiguear, por enjetarse, por sangrar al caballo de hocico o de ijares, por ingresar por un costado al inicio de la cala, por usar las dos manos durante la cala, por ingresar el capitán al rectángulo, por rebasar las líneas laterales del rectángulo, por no rebasar con las manos la línea de los 60 m al momento de cejar.
Descalificaciones
Existen 28 motivos de descalificación de la cala, por mencionar algunos: por no presentar el freno, por no hacer la cala completa, no puede calar el mismo caballo con diferente equipo, por levantarse de manos, por no parar el caballo al llamarlo de la rienda, por caerse el jinete o apearse, usar ligas, agujas, pomadas o cualquier artefacto en la cola, para evitar que rabee, por negarse la cabalgadura en cualquier momento a la orden del jinete.
A grandes rasgos esta es la primera de las suertes de la charrería.
Seguiremos explicándolas demás suertes en las próximas participaciones
Nota de la Editora: este artículo es parte del año 0, número 4 de la revista #PueblaEsTaurina que puedes leer completa en el simulador, dando clic aquí o si prefieres ¡descárgala!
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